Noticias Reynosa

Altamira: La Crisis del Agua y la Ineptitud del Alcalde Armando Martínez

Martín Díaz / La Nube

Altamira vive una crisis de agua que desnuda la ineficiencia y el desprecio de sus autoridades municipales. La empresa COMAPA, encargada de proveer agua potable, ha fallado de manera abrumadora. La calidad del agua es tan deplorable que las autoridades han recomendado no usarla ni para lavarse los dientes. Esto no es solo una advertencia, es un testimonio de su incapacidad para cumplir con lo más elemental: asegurar agua limpia a la población.
Un video reciente ha mostrado la entrega de agua contaminada por parte de la autoridad municipal a los ciudadanos. Esta evidencia es una burla descarada a una población que ha estado suplicando por una solución. Es un acto que refleja no solo negligencia, sino una indiferencia cruel hacia la salud y el bienestar de los altamirenses.
El alcalde Armando Martínez, lejos de ofrecer una solución efectiva, ha optado por una campaña donde una empresa privada dona agua a través de un camión repartidor. Esta medida, más que una solución, es un insulto a la inteligencia y dignidad de la población. Es un intento desesperado y superficial que pone de manifiesto la incompetencia y falta de recursos de la administración municipal.
La indignación de los ciudadanos se refleja claramente en las respuestas a las publicaciones del alcalde en redes sociales. La molestia es palpable y el enojo crece cada día. La gestión de Armando Martínez es vista como un ejemplo de ineptitud y desprecio hacia los altamirenses, que siguen sufriendo las consecuencias de una crisis de la calidad del agua que no debería existir en pleno siglo XXI.
La crisis del agua no es solo un fallo técnico, es una muestra flagrante de la incompetencia y falta de voluntad política para resolver un problema vital. Los altamirenses merecen más que promesas vacías y soluciones temporales; merecen una acción decidida y eficaz.
Armando Martínez y su administración tienen una responsabilidad ineludible. La historia no será indulgente con aquellos que, teniendo el poder y la responsabilidad de proteger a su gente, eligieron la indiferencia y la inacción. Los ciudadanos de Altamira esperan respuestas y soluciones reales, no excusas ni pretextos.
Su salud y su dignidad están en juego.